Tras toda una vida ejerciendo la medicina en el ámbito asistencial –combinándola, luego, con el ámbito investigador, docente y gestor–, el doctor José Carlos del Castillo nos recibe como nuevo director gerente del Hospital y Área de Discapacidad San Juan de Dios de Tenerife –miembro destacado de la red colaboradora de Avantis Salud, entre otros–, tras acceder al cargo en julio del año pasado y en el marco de las celebraciones del 75º aniversario de la Orden en la isla. Después de tanto tiempo, hay un aspecto que tiene muy claro: para la institución –y para él, por supuesto–, la persona atendida debe de estar siempre en el centro.
PREGUNTA: La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios está cumpliendo 75 años en Tenerife. ¿Cómo lo valoran?
R: Así es. El pasado 17 de mayo celebramos nuestro Acto Religioso e Institucional, marcando el inicio de las conmemoraciones del 75º aniversario de la Orden en la isla; un evento al que asistieron numerosas personalidades de la Orden, autoridades eclesiásticas, gubernamentales, sanitarias y sociosanitarias, así como representantes del propio Hospital. Lo cierto es que fue una celebración muy entrañable en la que se dio visibilidad a la historia del Centro, que surgió, precisamente, cuando, en 1949, los Hermanos fueron llamados por el Cabildo de Tenerife para atender a niños con secuelas de poliomielitis, una enfermedad que por aquel entonces no contaba con atención especializada en Canarias. Sin ir más lejos, el actual Hospital se construyó en terrenos cedidos por el Cabildo gracias a la colaboración de toda la población tinerfeña. Durante 75 años, por tanto, hemos sido –y seguiremos siendo– una institución al servicio de la comunidad.
P: ¿Qué han aprendido a lo largo de este tiempo?
R: La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, con más de 500 años de historia y presencia en 53 países, se caracteriza por su capacidad de adaptación a las necesidades cambiantes.
En Tenerife, este legado se ha hecho patente desde sus inicios, claro. Siendo así, nacimos como clínica infantil para atender las secuelas de la poliomielitis, tal y como ya comentamos. Sin embargo, gracias a la eficacia de las vacunas, la enfermedad se erradicó y las necesidades asistenciales de la población evolucionaron. Con esa misma vocación de servicio, reconvertimos la clínica en un hospital especializado en la atención a personas mayores con limitaciones funcionales, donde podían recuperarse de enfermedades agudas.
Esta capacidad de adaptación no ha hecho sino crecer con el tiempo. Hoy en día, y sin perder de vista nuestro legado en la atención a la infancia y la tercera edad, el Hospital San Juan de Dios de Tenerife se ha convertido en un referente de la sanidad en la isla.
P: Hoy por hoy, ¿qué le ofrecen a la sociedad tinerfeña?
R: En la actualidad, contamos con un moderno hospital médico-quirúrgico general que ofrece una amplia cartera de servicios a pacientes de diferentes ámbitos. Atendemos a personas derivados del sistema público de salud, a aquellas con cobertura a través de mutuas de accidentes laborales, a usuarios de compañías aseguradoras y también a personas que acuden de forma privada.
Nuestra actividad ofrece una atención integral que abarca tanto servicios concertados como privados. Contamos con quirófanos, urgencias, hospitalización y UCI, un amplio abanico de pruebas diagnósticas (intervencionistas y no intervencionistas), consultas externas, rehabilitación y fisioterapia.
Además, contamos desde hace más de una década con un área de atención a personas con discapacidad, referente en Canarias, que incluye tanto dotación residencial (en centros adaptados o en hogares funcionales integrados en la comunidad) como un centro de día, ambos enfocados en la transición y reinserción social.
Desde nuestros inicios, en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios hemos aprendido que, a pesar de ser un grupo diverso, nos une una misión común: atender a las personas más vulnerables de la mejor manera posible. Brindando cuidados, acompañamiento, curación y apoyo a quienes han perdido su salud o buscan preservarla. Nuestra misión se fundamenta en la Hospitalidad. Tratamos a cada persona de manera integral, atendiendo sus necesidades físicas, psicológicas, espirituales y sociales. Somos conscientes de que trabajamos con personas, y eso nos exige mantener el foco en su bienestar. Así es como hemos cumplido casi 500 años de servicio, y así es, también, como miramos hacia el futuro.
P: En general, ¿cómo evalúan el estado de salud de la población isleña? ¿En qué vamos bien? ¿Cuáles son los riesgos sanitarios a los que debemos hacer frente?
R: Los principales riesgos para la salud en nuestro entorno están relacionados con las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, impulsados en gran medida por estilos de vida poco saludables. Si bien hemos mejorado el acceso a la atención sanitaria y la alimentación, la falta de ejercicio físico, la mala selección de alimentos y, en algunos casos, factores socioeconómicos contribuyen a estas enfermedades. Otros riesgos importantes incluyen el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y drogas, y el sedentarismo. Este último es especialmente preocupante en sectores con dificultades socioeconómicas. Indudablemente, Canarias tiene un problema económico que nos coloca a la cola del país, y eso se paga en salud, por supuesto.
Pero no todo van a ser malas noticias: la creciente disponibilidad de información y el acceso a la atención médica para la mayoría de la población ofrece alternativas. No obstante, existen personas que, o bien se quedan fuera del sistema o bien se enfrentan a dificultades para acceder a él debido a los prolongados tiempos de espera, lo que representaría un riesgo adicional para su salud.
P: Detengámonos un momento en esto, en los riesgos derivados del acceso al sistema sanitario, que es algo que a nosotros nos preocupa –e interesa– bastante. Porque, ¿cómo se previenen y combaten?
R: La accesibilidad al sistema sanitario es un desafío complejo, donde las necesidades siempre superarán a la oferta asistencial. La pregunta clave es cómo gestionar esta brecha. Las soluciones simples no existen, ya que, si las hubiera, ya se habrían implementado. La falta de progreso no se debe únicamente a la escasez de recursos, sino también a la dificultad para gestionarlos de manera eficiente.
P: En el Hospital San Juan de Dios de Tenerife, como centro concertado con el Servicio Canario de Salud y proveedor de servicios para diversas aseguradoras, tienen una visión única de la interacción entre ambos sistemas sanitarios. ¿Podrían compartir su experiencia y valoración sobre la complementariedad entre la sanidad pública y la privada en el contexto de su hospital?
R: El Sistema Sanitario es un concepto amplio que abarca tanto al sector público como al privado. Incluye a todas las organizaciones y profesionales que brindamos atención sanitaria, desde médicos y enfermeras hasta fisioterapeutas, psicólogos y el resto de profesionales sanitarios.
En los centros concertados también hacemos Sanidad Pública, y esto es algo que me gustaría dejar claro: La atención sanitaria pública no se limita a los centros públicos. También se lleva a cabo en centros privados concertados, bajo la financiación del Sistema Público de Salud. Un ejemplo de esto son los funcionarios públicos dependientes de mutualidades –como Muface o Isfas, entre otras– que reciben atención en centros privados.
El Hospital San Juan de Dios de Tenerife es un ejemplo de esta colaboración entre sectores. Brindamos atención sanitaria pública a través de conciertos con el Servicio Canario de Salud, mutualidades de funcionarios, mutuas de accidentes laborales y también atendemos a pacientes con seguros privados. Porque esa persona que decide venir a un centro privado está liberando al Sistema Público de Salud de esa asistencia, y colaborando, por tanto, con el cuidado de la salud –en general–, aunque sea mediante métodos de financiación y provisión indirectos.
En resumen, todos los actores del Sistema Sanitario, públicos y privados, contribuyen a mejorar la salud de la población tinerfeña. Esta colaboración es fundamental para aliviar la carga de los centros públicos y garantizar una atención de calidad para todos.
P: Dentro de todo este entramado, ¿habría algún aspecto prioritario a mejorar?
R: Mejorar los sistemas de gestión en todos los centros sanitarios, públicos y privados, es fundamental para optimizar la eficiencia y evitar duplicidades. Esto incluye la coordinación intercentro, así como la colaboración entre entidades públicas, privadas y concertadas. Eliminar las ineficiencias existentes es crucial para garantizar una atención sanitaria de calidad. También es necesario mejorar la financiación, el incremento de los costes sanitarios es continuo y está poniendo en riesgo la viabilidad del sistema. Todos los profesionales del sector, independientemente de su ámbito, somos piezas clave para lograr este objetivo.
P: A veces suele distinguirse al médico “de bata” del médico “de corbata” por el grado de implicación que muestra con el paciente, pero, claro, hay puestos –como el suyo, de gerente– que exigen cierta etiqueta, ¿verdada? Llegados a este punto, ¿cuán importante es, una vez te pones la corbata, no dejar la bata demasiado lejos?
R: Bueno, así me encuentro yo mismo, que suelo ir a todos lados con ambas [risas]. Por suerte, he tenido la oportunidad de pasar muchos años dedicado en exclusiva a la actividad asistencial, pero también he podido vivir la medicina desde el punto de vista docente, desde el punto de vista investigador y desde el punto de vista de la gestión. Ya he comentado antes mi lema: poner siempre a la persona en el centro, tanto cuando estás en la consulta, o quirófano, como cuando estás en la sala de pruebas, de diagnóstico o de espera o en un despacho.
Lo mismo ocurre, como es mi caso ahora, cuando nos toca mirar desde un ámbito más general y apoyar a quienes se dedican directamente a la asistencia. La gerencia de un hospital no debe aislarse en una cima, sino estar presente en la base, ofreciendo el máximo soporte al equipo de profesionales. Mi experiencia como médico "de bata" me ha otorgado una "visión de base" de la asistencia real, una perspectiva que, si bien no es indispensable para el funcionamiento del hospital, puede contribuir para mejorar la atención a las personas.
P: Según la Carta de identidad de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, “entre las actividades que promueven la salud de la población hay que destacar la información al público y los programas de educación que promueven estilo de vida sanos”. En esta clase de asuntos, que tanto tienen que ver con la prevención y la sensibilización de los riesgos sanitarios, ¿también podríamos decir que el ciudadano informado es un ciudadano mucho más libre y preparado?
R: En este sentido, estamos presenciando un cambio de paradigma en el acceso a la información médica. Recuerdo que antes, los profesionales sanitarios teníamos un acceso exclusivo a esta información, pero ahora está al alcance de todos –gracias a internet–. Aunque, si bien internet puede proporcionar información sobre diversos temas, no convierte a nadie en un experto. De igual manera, en el ámbito sanitario, la información es accesible, pero somos los profesionales quienes la interpretamos, la aplicamos y brindamos atención personalizada a las personas. La inteligencia artificial juega un papel importante en la gestión de la información médica, sin embargo, la empatía, el juicio crítico y la capacidad de conexión con las personas seguirán siendo habilidades propias de nuestros profesionales sanitarios.
P: Después haber repasado la trayectoria, los valores y los retos del Hospital San Juan de Dios de Tenerife hasta la fecha, miremos al futuro: ¿cuáles son los riesgos que asoman por el horizonte y deberemos atajar?
R: Yo creo que tendremos que enfrentarnos con firmeza a los riesgos de la salud pública, como el sedentarismo, la alimentación inadecuada y el consumo de sustancias nocivas. Abordar problemas sociales que impactan la salud y promover estilos de vida saludables. y sobre todo fomentar entornos que favorezcan una mejor salud pública.
Sin duda, lo que nos espera en los próximos años es un escenario cambiante, marcado, a su vez, por la disponibilidad o escasez de profesionales sanitarios. Encontrar un equilibrio entre las crecientes expectativas de las personas y la realidad de un sistema con recursos limitados.
Es crucial que todos los actores involucrados trabajemos en conjunto para abordar los riesgos, mejorar la accesibilidad y garantizar un sistema sanitario sostenible y de calidad.
P: Por último, ¿de qué manera el Hospital San Juan de Dios planea incorporar nuevas tecnologías para mejorar la atención sanitaria en el futuro?
R: Tal como hablamos, la innovación forma parte esencial de nuestra organización. Parte de esta innovación se traduce en la incorporación de nuevas tecnologías sanitarias. Nuestro hospital mantiene una apuesta clara por combinar la renovación tecnológica con mantener la atención humanizada. Como ejemplo de ambas, en un futuro más próximo, el Hospital San Juan de Dios de Tenerife contará con un centro de oncología integral en colaboración con Mercurius Health. Somos el primer hospital privado de Tenerife que contará con centro de Oncología Radioterápica y diagnóstico PET-TAC. Las obras comenzarán este año y se espera que el servicio esté operativo de cara a los pacientes a lo largo de 2025. La unidad de oncología integral contará con oncología médica, oncología radioterápica, consultas de múltiples especialidades, radiodiagnóstico avanzado y medicina nuclear.