Hospital San Juan de Dios Tenerife
Asistencia Sanitaria

El daño cerebral adquirido (DCA) es una lesión cerebral que ocurre después del nacimiento, como resultado de diversas causas, entre las que se incluyen traumatismos craneoencefálicos, un ictus, un tumor cerebral, una infección o cualquier otra enfermedad que afecte al cerebro. Las consecuencias del DCA pueden ser muy variadas y afectan a diferentes áreas, como la movilidad física, las habilidades lingüísticas, las funciones cognitivas y el bienestar emocional.

El Hospital San Juan de Dios Tenerife cuenta con una unidad especializada en el tratamiento y rehabilitación de personas con daño cerebral adquirido. Dicha unidad destaca por ofrecer un enfoque multidisciplinario que combina la experiencia de un equipo altamente cualificado en diversas áreas: Neurología, rehabilitación, logopedia, neuropsicología, fisioterapia y terapia ocupacional para brindar una atención integral y personalizada a las personas afectadas. Este enfoque no solo es técnico, sino profundamente humano, ya que se centra en cuidar a la persona en todas sus dimensiones y en acompañarla en cada paso del camino hacia una vida plena.

 

 

I. Atención personalizada en el tratamiento del daño cerebral

El Dr. Jonathan López, coordinador de la Unidad de Neurología, indica que en el tratamiento del daño cerebral se destaca la importancia de ver a cada persona como un caso único. La atención personalizada es esencial para aplicar la terapia que mejor se ajuste a las necesidades individuales, lo que ayuda a reducir complicaciones tanto a corto como a largo plazo.

 

“En situaciones críticas, como ocurre en el ictus agudo, la rapidez es vital. El uso del Código Ictus ha marcado una gran diferencia, permitiendo que la persona afectada reciba el tratamiento necesario en el momento justo, lo que mejora notablemente sus posibilidades de recuperación. Del mismo modo, en casos de traumatismo craneoencefálico, cada minuto cuenta y se trabaja con urgencia para estabilizar a la persona y evitar daños mayores”, añade. 

 

 

II. Rehabilitación integral para recuperar la autonomía

Por su parte, la médica rehabilitadora Inmaculada Fierro señala que "el objetivo del tratamiento rehabilitador en una Unidad de Daño Cerebral Adquirido es restaurar las funciones perdidas o deterioradas, compensar déficits neurológicos, favorecer la independencia funcional y mejorar la integración social y la calidad de vida del paciente". Fierro explica que la primera valoración del médico rehabilitador debe realizarse al inicio del ingreso para comenzar el tratamiento una vez estabilizada la lesión inicial. "En esta primera fase, el tratamiento se dirige a prevenir complicaciones secundarias al DCA, como trastornos respiratorios e inmovilidad, pudiendo iniciarse incluso en la UCI", añade.

 

"Una vez estabilizado el daño y con el paciente consciente, se realiza un tratamiento multidisciplinar con la ayuda de fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, neuropsicólogos y logopedas", explica Fierro. Para ello, el médico rehabilitador evalúa los posibles déficits, establece un programa de tratamiento personalizado y supervisa su evolución para adaptarlo a las necesidades de la persona afectada.

 

Una parte esencial del tratamiento se realiza mediante la rehabilitación neuropsicológica, que tiene como objetivo mejorar los déficits cognitivos, emocionales, psicosociales y conductuales, así como establecer estrategias de compensación de las funciones más alteradas.

 

 

III. Neuropsicología: clave para la recuperación cognitiva y emocional

En este sentido, Charo Haurie, neuropsicóloga del Hospital San Juan de Dios de Tenerife, explica: "El impacto del DCA varía enormemente de una persona a otra, dependiendo de la localización y la gravedad de la lesión". En el ámbito cognitivo, puede provocar problemas de atención, memoria, capacidad de razonamiento, velocidad de procesamiento o incluso cambios en la personalidad.

 

"La rehabilitación neuropsicológica tiene como objetivo no solo recuperar las funciones dañadas, sino también ayudar al paciente a adaptarse a las nuevas circunstancias y mejorar su calidad de vida".  “A menudo, la sociedad está más familiarizada con las dificultades del lenguaje o de la memoria tras un ictus o un traumatismo craneoencefálico. Sin embargo, el daño cerebral también puede afectar a las emociones y al comportamiento, provocando irritabilidad, impulsividad, apatía o conductas inapropiadas. “En la consulta de neuropsicología trabajamos tanto en estas alteraciones emocionales, menos conocidas, como en las cognitivas, más visibles", añade Haurie.

 

 

IV. Logopedia: recuperación del lenguaje y la comunicación

Francisco Villar, logopeda, subraya la importancia de la logopedia en la recuperación de pacientes con daño cerebral adquirido: “La logopedia es clave en la rehabilitación de personas afectadas, ya que el lenguaje no solo es una herramienta esencial para la comunicación, sino también un pilar fundamental para su integración social”, explica.

 

Además, Villar subraya que la intervención temprana es clave para maximizar las posibilidades de recuperación. "Cuando un paciente llega a nuestra consulta, lo primero que hacemos es una evaluación exhaustiva para identificar los tipos de afasia (motora, receptiva, global, etc.) y las áreas del lenguaje más afectadas, como la comprensión, la expresión oral, la lectura o la escritura. A partir de esta evaluación, diseñamos un plan de intervención personalizado que combina estrategias como ejercicios de estimulación del lenguaje, uso de apoyos visuales, técnicas de repetición y modelos lingüísticos".

 

Un enfoque clave en la rehabilitación de afasia es el trabajo conjunto con la familia y el entorno de esta persona. Enseñamos estrategias de comunicación alternativas para que puedan apoyar la recuperación y facilitar la interacción diaria. Asimismo, fomentamos la práctica constante y adaptada a situaciones reales para lograr avances significativos y mejorar la calidad de vida de la persona.

 

 

De izquierda a derecha: Charo Haurie, neuropsicóloga; Jonathan López, neurólogo; Inmaculada Fierro, rehabilitadora, y Francisco Villar, logopeda.

 

 

V. Terapia ocupacional: recuperar la independencia en las actividades diarias

Según Raquel Medrano, terapeuta ocupacional del Hospital San Juan de Dios de Tenerife, el trabajo con personas de daño cerebral adquirido (DCA) sigue tres etapas clave: evaluar su nivel de independencia, diseñar un tratamiento personalizado y aplicar un programa de intervención dividido en diferentes fases. “Nos centramos en el reentrenamiento de las actividades básicas como la alimentación, el aseo y el vestido, así como en el entrenamiento para realizar transferencias de forma segura”, señala Medrano

 

También se trabaja en la estimulación de componentes sensoriomotores y la reeducación de la destreza manual mediante ejercicios para recuperar la funcionalidad de la mano, la motricidad fina y la coordinación. “Identificamos los déficits motores y buscamos estrategias para compensarlos o restaurarlos”. Por último, se entrenan habilidades cognitivas como la orientación, la organización temporal-espacial y la secuenciación de tareas, con el objetivo de mejorar su autonomía.

 

 

VI. Fisioterapia: fortalecimiento físico y mejora de la movilidad

Por su parte, Cristina González, fisioterapeuta, añade que "desde el punto de vista físico, trabajamos para mejorar su recuperación funcional, adaptándonos a sus características y necesidades individuales". Para ello, se establecen metas a corto plazo, realistas y significativas para cada persona, basadas en una evaluación inicial y posteriores reevaluaciones”. La comunicación entre los profesionales involucrados en el tratamiento es clave en este proceso. Además, las técnicas aplicadas deben cumplir ciertos principios fundamentales, como ejercicios orientados a actividades de la vida diaria y que resulten relevantes para la persona.

 

Entre las técnicas utilizadas destaca el trabajo orientado a la tarea, que consiste en actividades específicas para mejorar la marcha, el equilibrio y la coordinación. Los ejercicios de fuerza ayudan a fortalecer los músculos y mejorar el control motor. El trabajo con metrónomo permite mejorar el control del movimiento mediante ejercicios rítmicos. La terapia espejo estimula el cerebro para recuperar funciones motoras y mejorar la percepción corporal. Finalmente, el uso de TENS y ENS permite tratar el dolor y optimizar la función muscular a través de la electroestimulación.

 

 

VII. Un enfoque multidisciplinar para una recuperación integral

Ambas especialistas coinciden en la importancia de un enfoque multidisciplinar en el tratamiento del DCA, ya que la combinación de la fisioterapia, la terapia ocupacional, la neuropsicología y el apoyo emocional permite abordar de manera integral las necesidades de la persona afectada. "Cada caso es único", recalca Medrano, "por lo que diseñamos programas de intervención personalizados para optimizar los resultados".

 

El Hospital San Juan de Dios de Tenerife se ha consolidado como un referente en la atención a personas con daño cerebral adquirido, ofreciendo servicios especializados y un equipo comprometido con mejorar la calidad de vida de las personas afectadas y sus familias.

 

 

De izquierda a derecha: Raquel Medrano, terapeuta ocupacional, y Cristina González, fisioterapeuta.

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